María Rosenfeldt presenta la colección primavera-verano de Heridadegato mostrando el lado más vibrante e inesperado de la firma
La nueva piel de Heridadegato es brillante y colorida, y María Rosenfeldt no puede esperar a la primavera para mostrar los verdaderos colores de la firma que ha convertido la moda vegetariana en una realidad multicolor, feminista y también local. “Podríamos decir que es moda de proximidad”, cuenta Rosenfeldt a Vogue.es cuando nos explica que todas las prendas se elaboran en Madrid, en muchos casos en su propio estudio. La nueva colección de primavera-verano 2018 que nos presenta con fotos de una campaña disparada y dirigida por Víctor Vergara, y en la que ella misma y Álvaro Poch ejercen de modelos.
“Esta colección es mi favorita, es el ave fénix de Heridadegato. Empieza una nueva etapa”, cuenta María de la colección, y cada imagen de la campaña subraya sus palabras. Imágenes llenas de vibración y un brillo que se refleja en destellos de los tejidos rasos fruncidos de las prendas y la kilométrica melena rubia de Rosenfeldt, que se atreve en esta ocasión a ponerse delante del objetivo de la cámara de Vergara. “Lo montamos todo de manera muy espontánea”, confiesa. “Me dijo Víctor, deberías salir en las fotos, está colección eres tú, me pareció una buena idea, yo me pondría sin parar esta colección”.
Esta colección es María pero, al mismo tiempo, es también un poquito todas nosotras. Hay un universal de lo femenino, de lo girly, que se despliega desde una posición de orgullo, y desde un enfoque enteramente feminista. “Es una colección feminista y cursi en el buen sentido. ¡Dos cosas que pueden ser compatibles! Me encanta el mundo pastel, las transparencias y los tejidos delicados. Pensando en esta colección me imaginaba a mis amigas, mujeres fuertes y llenas de poder, vestidas con las prendas.”
Por y para sus amigas, y para sí misma, ha hecho María Rosenfeldt esta colección de Heridadegato que es un fotograma de “Scarlett O’Hara paseando por Los Angeles mientras suena I Know What You Want de Busta Rhymes”. Una sucesión de delicadas prendas pastel llenas de poder femenino sin concesiones que nacen de la pasión de María por la historia de la indumentaria, donde encuentra su primera fuente de inspiración y busca que “parezcan sacadas de un cuadro del Museo del Prado pero que luego te las puedas poner para salir a bailar toda la noche. Es ropa para mujeres fuertes, me encantaría ver una manifestación feminista vestida con esta colección.”
Y a nosotras también. Porque el importante mensaje de esta paleta dulce y luminosa trasciende la dimensión de lo textil. “Ahora más que nunca quiero que la marca reivindique el poder de lo femenino, ya que vivimos un terrorismo constante contra las mujeres y está en manos de todos formar parte de la sociedad y ser conscientes de que no podemos dejar que las cosas sigan así. Yo he vivido en mi propia carne situaciones de maltrato, no hay que callarse, hay que hablar y buscar apoyo.”
La alianza de sexos en aras de alcanzar este cambio está presente en el lookbook imaginado por Vergara. Respecto a la sesión, Álvaro Poch se une como modelo masculino, “la revolución actual solo puede nacer de la hermandad entre hombres y mujeres. Da mucho gusto juntarse con gente que tiene ganas de crear y ver cómo las cosas fluyen de manera natural”, cuenta Rosenfeldt. La sesión nace, de manera espontánea, de la naturalidad de un momento entre amigos: “el director artístico/estilista y fotógrafo ha sido Víctor Vergara, un gran amigo, nos conocemos desde hace mucho y teníamos ganas de hacer algo juntos. Me encanta la visión que tiene de la marca y ha sabido cómo transmitir mucho con muy poco”.
Imágenes que enmarcan la narrativa de una marca que se ha mostrado siempre firme en la posición de hacer moda sostenible y vegetariana, pero sin renunciar a una estética con carácter, colorida y alegre. “Me gusta pensar que la fantasía y el ecologismo puedan ir de la mano y sean compatibles. Para mi la moda siempre debería ser sostenible, incluso no haría falta ni decirlo, tendría que darse por hecho.Es una industria que contamina mucho y repercute en el planeta de manera terrible, ¡está en nuestras manos cambiarlo! Yo estoy encima de absolutamente todo el proceso, desde la compra y procedencia de tejido hasta el último botón que se cose”, explica María.
Una moda que busca proteger el planeta “y a sus habitantes, sean de la especie que sean”, y que siempre mantiene la vista puesta en la innovación. Por eso prueban con materiales innovadores como la seda de bambú, siempre firmes en un compromiso que pasa por no utilizar en ningún caso, materiales de origen animal, y que nos transmiten a los consumidores finales el mensaje de que el poder de cambiar las cosas, está también (y sobre todo) en nuestras manos, y nuestra filosofía de consumo. En unos días que se habla en todos los medios internacionales del compromiso con el planeta, compartir la historia y el compromiso de María Rosenfeldt por hacer una realidad viable una moda sostenible, es altamente necesario.